Con frecuencia, durante los miércoles de Q&A en mi cuenta de Instagram, me hacen esta pregunta:
¿Qué es mejor, rentar o comprar casa en Canadá?
Y aunque es una tema que me encanta, la respuesta no siempre es la que la gente quiere escuchar 😬.
Mi respuesta siempre es: DEPENDE.
Lo sé. Siempre queremos respuestas claras, concretas y universales. Pero en el eterno debate entre comprar y rentar, la respuesta va mucho más allá de los números.
Los números son objetivos, sí. Pero las finanzas personales no lo son.
Involucran emociones, creencias, miedos, sesgos… y mucho más de eso que a veces no ponemos sobre la mesa.
Así que para hablar de este tema con más profundidad, quiero que partamos de dos premisas:
La vivienda es una necesidad básica para todos, pero hay diferentes formas de cubrir esa necesidad. Ninguna es inherentemente buena o mala.
Ya sea que decidas comprar o rentar, la meta casi siempre es la misma: mejorar tu calidad de vida y aumentar tu patrimonio. Hoy vengo a decirte que esa meta se puede lograr de ambas maneras.
Entonces, más que decirte qué es "mejor", hoy quiero invitarte a mirar más de cerca los riesgos de cada esquina del ring:
* 3 riesgos frecuentes que enfrentan quienes compran y
* 3 riesgos que también corren quienes rentan.
Porque al final, no se trata solo de elegir una opción, sino de hacerlo con los ojos bien abiertos y con una estrategia clara que te acerque a la meta de construir y aumentar tu patrimonio.
3 riesgos comunes al elegir comprar casa en Canadá:
1. Que tus gastos de vivienda superen el 40% de tus ingresos brutos anuales
Este es uno de los riesgos más comunes al comprar una propiedad en Canadá.
Y cuando hablo de “gastos de vivienda”, no me refiero solo al pago mensual de la hipoteca. También hay que considerar:
Intereses y comisiones bancarias
Seguro de la propiedad
Mantenimiento y reparaciones
Servicios (agua, electricidad, gas, etc.)
Costos de cierre (honorarios notariales, inspección, impuestos)
Impuestos a la propiedad
El verdadero problema es que muy poca gente conoce los números reales de convertirse en homeowner. Y no los culpo. El sistema es tan competitivo y tan acelerado que pareciera que no puedes darte el lujo de pensar, repensar o hacer bien tus cuentas, porque si te tardas… te ganan la oferta 😭. (A veces ni tiempo de hacer la inspección tienes 😟)
Honestamente, a mí me parece una locura que el sistema este diseñado para que tomes una de las decisiones MÁS IMPORTANTES DE TU VIDA FINANCIERA con prisa y bajo presión.
Pocas decisiones pueden joder tanto tus finanzas personales como comprar una mala propiedad.
Para mi es claro y NO hay de otra: Tienes que hacer los números y correr varios escenarios para la compra más importante de tu vida.
Tristemente esta es una realidad más común de lo que quisiéramos. Tanto, que existe un término muy popular entre los canadienses para describirlo, quizá lo hayas escuchado, le llaman: ser “House Poor”.
¿Qué significa ser House Poor?
Pagar puntualmente tu hipoteca… pero no poder ahorrar, invertir ni darte gustos.
Vivir sin margen para imprevistos (ni se diga si pierdes el trabajo 😟).
Sentir que “todo está bien” porque tienes casa, pero tu calidad de vida se ve afectada.
Vivir al día o dependiendo de la tarjeta de crédito para completar el mes. Cada mes.
Tener casa no es sinónimo de estabilidad financiera, si esa casa te está ahogando.
El objetivo no es solo tener techo propio.
El objetivo es tenerlo sin sacrificar tu libertad, tu paz mental y sobre todo tu futuro financiero.
2. Falta de diversificación en tu patrimonio
Este riesgo está muy ligado al primero. Muchos homeowners creen que su casa es patrimonio suficiente, y que su plan de retiro está resuelto solo con ella.
Su plan de retiro suele verse más o menos así:
Comprar una propiedad, pagar la hipoteca durante 25 o 30 años, y al llegar a los 60 o 65, venderla para mudarse a una casa más barata y vivir con la diferencia.
Este enfoque funcionó para muchos canadienses que compraron hace 20 o 30 años, cuando los precios eran más bajos. Pero hoy, con viviendas más caras, tasas de interés fluctuantes y una expectativa de vida mayor (es decir, necesitaremos dinero por más años), este plan tiene limitaciones y riesgos más altos.
Poner todos tus huevos en una sola canasta (tu propiedad) puede dejarte sin liquidez, sin ingresos constantes y con pocas opciones.
Tener casa propia puede ser un pilar importante en tu estrategia financiera, pero no debería ser la única base de tu plan de retiro.
Tu retiro merece un plan más completo, diversificado y sostenible.
3. Acceder al “equity” de tu propiedad… y volver a endeudarte
Primero, ¿qué es el equity?
Imagina que compraste una casa de $300,000 y después de 10 años has abonado $100,000 al capital de tu hipoteca. Todavía le debes al banco $200,000, pero esos $100,000 ya son tuyos: es el equity que has construido.
Cuando esto pasa, tarde o temprano, alguien del banco te llamará para ofrecerte acceder a ese equity a través de un producto llamado HELOC (Home Equity Line of Credit), con una tasa “muy atractiva”1, para que puedas hacer renovaciones, invertir, iniciar un negocio, you name it…
Si te convencen y aceptas, qué crees? Vuelves al square 1 😩😩!
$200,000 que aún debes de la hipoteca + $100,000 de la línea de crédito HELOC = $300,000 de deuda… otra vez.
Este tipo de productos hace que sea cada vez más difícil pagar por completo tu propiedad.
Y si me preguntas a mí, en ese momento NO eres más propietario que quien renta. La única diferencia es que tu landlord, es el banco 😬.
Ahora vamos con la otra cara de la moneda…
3 riesgos comunes al elegir rentar casa en Canadá:
1. Rentar por encima de tus posibilidades
Cuando rentas, normalmente no tienes que preocuparte por impuestos, seguros, mantenimiento o reparaciones, y eso puede hacer que elijas una propiedad cuyo costo de renta represente más del 30% de tus ingresos mensuales totales.
Esto compromete tu capacidad para ahorrar, invertir o enfrentar imprevistos, y puede crear una presión financiera constante.
2. Falta de construcción de patrimonio
Cada pago mensual que haces por renta cubre tu necesidad básica de vivienda, pero ese dinero se va sin retorno.
A diferencia de una hipoteca, donde parte de tu pago se destina a capital y vas acumulando equity, rentar no te permite construir patrimonio ni beneficiarte del aumento en el valor de la propiedad con el tiempo.
Este riesgo está muy relacionado con el anterior: si estás pagando una renta que consume gran parte de tus ingresos, te será casi imposible ahorrar o invertir para crear tu propio patrimonio.
3. El riesgo del sobreoptimismo: “Voy a rentar e invertir la diferencia” (Overconfidence bias)
En teoría, suena como un muy buen plan:
“Rentar es más barato que comprar. Lo que me ahorro mes a mes, lo invierto.”
El problema es que ese restante, no siempre se invierte 😳.
Las personas tienden a sobreestimar su autodisciplina financiera, su capacidad para ser constantes y los rendimientos que obtendrán. Se cuentan a sí mismas una historia en la que todo sale bien: van a ahorrar cada mes, van a invertir con estrategia, y el mercado siempre va a estar subiendo.
En la práctica, lo que pasa es muchas veces más parecido a esto:
"Me ahorro $500 al mes por no tener hipoteca… pero este mes hubo una emergencia, el próximo hay que pagar la tarjeta, luego el regreso a clases…” y ese dinero se fue y no hay nada ahorrado ni invertido.
Es una combinación de sobreoptimismo y un poco de la clásica heurística de la buena suerte: la idea de que las cosas van a salir bien, simplemente porque sí.
Y no es que esté mal rentar. Lo que sí es riesgoso es construir una estrategia financiera sin un sistema realista que te ayude a cumplir lo que te propusiste.
Si vas a rentar y de verdad quieres que esa decisión funcione a tu favor, ponlo por escrito, automatiza esa diferencia, trátala como si fuera un gasto fijo y aprende a invertir. Porque si no, la “diferencia” se evapora… y con ella, tu plan de construir patrimonio.
Recuerda, tanto si decides rentar como si decides comprar, el objetivo final es el mismo: hacer que tu dinero crezca y trabaje para ti. Construir patrimonio no es solo tener una propiedad, sino tener una estrategia financiera sólida que te permita crecer y proteger tu futuro.
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Anel,
Los HELOC suelen tener tasas más bajas que las tarjetas de crédito, pero más altas que una hipoteca tradicional. Eso significa que muchas veces terminas pagando el precio completo de tu casa, pero una parte de esa deuda tiene intereses más altos.