Finanzas Personales 101. Lección 3: Arma tu presupuesto
Estás a un presupuesto de distancia de vivir tu #richlife
Si has venido siguiendo las lecciones de Finanzas personales 101 sabes que ha llegado el momento de ARMAR TU PRESUPUESTO.
Antes de entrar de lleno a cómo armar tu presupuesto, quiero platicarte que esos tiempos en donde la palabra presupuesto era sinónimo de restricción y complicaciones ya no están de moda.
En la actualidad de las finanzas personales, un presupuesto es un plan para vivir tu #richlife independientemente de lo que ganes.
Quizá pensarás que son puras palabrerías, y te preguntes: "¿Cómo voy a vivir mi #richlife si apenas me alcanza para llegar a fin de mes?" Precisamente por eso necesitas un presupuesto: un plan que te permita vivir de manera intencional, incluso mientras seguimos trabajando para aumentar nuestros ingresos.
En mi opinión, un presupuesto no debe ser rígido, ¡porque la vida misma es todo menos rígida! Un presupuesto debe ser una herramienta que te da claridad y control sobre tu dinero. Y lo mejor es que armarlo puede ser mucho más fácil de lo que imaginas. No necesitas complicarte con fórmulas avanzadas ni seguir reglas estrictas que no se adapten a tu realidad.
La manera más sencilla de hacer un presupuesto.
Si quieres que tu presupuesto funcione, tienes que tener dos cualidades: debes ser realista y flexible.
Realista para saber que viviendo en Canadá no vas a lograr gastar solamente $20 dólares a la semana en comida y
Flexible porque un mes tiene 30 o 31 días para dar alguna sorpresa o gasto imprevisto 😬.
Con esto en mente comencemos:
1. Conoce tu dinero:
Ya lo hablamos en el post anterior: necesitas saber exactamente cuánto dinero entra y cuánto de ese dinero ya está comprometido. Sin esta información, cualquier intento de presupuesto será una pérdida de tiempo y energía. Te propongo empezar por lo siguiente.
a) ¿Cuál es el total de mis ingresos?
b) ¿Cuáles son mis gastos fijos?
c) ¿Cuánto quiero ahorrar cada mes? (Lo ideal es un 10%, pero empieza con lo que puedas, incluso si es solo un 1% de tus ingresos).
2. Divide tu dinero en tres grandes bloques:
Gastos Fijos: Los que no cambian de mes a mes.
Gastos Variables: Aún cuando incluyen necesidades básicas como comida y gasolina, cambian de un mes al otro.
Ahorro/Inversión: Dinero destinado a metas financieras, fondo de emergencia e inversiones.
No necesitas 20 categorías diferentes. Cuanto más simple, mejor. Para este punto tu presupuesto debe verse algo similar a esto.
Ejemplo:
Ingresos $1,000
Gastos Fijos: $500
Ahorro: $80
Para conocer cuanto tienes disponible para gastos variables, resta de tus ingresos tus Gastos Fijos y tu Ahorro: $1,000 -$500 - $80 =$420
Gastos Variables: $420
3. Dedica tiempo a asignar intencionalmente tu dinero:
Aquí es donde realmente entra el arte de presupuestar. No tienes que pensar en qué hacer con los $1,000 de tus ingresos; lo único que decidirás es cómo gastar los $420, porque el resto ya está comprometido con tus Gastos Fijos y tus Ahorros.
Ahora viene la parte que realmente te llevará a vivir tu #richlife. No me crees? Sigue leyendo.
Aquí es donde entrarás en detalle con los $420 disponibles (de acuerdo al ejemplo anterior) para tus Gastos Variables. Lo primero es asegurarte de asignar un porcentaje a lo que realmente disfrutas hacer, comprar o consumir.
Por ejemplo, en tus gastos variables puede entrar todo lo relacionado con comida, pero el porcentaje que asignas a este rubro puede variar dependiendo de tus gustos y prioridades.
Si eres una persona foodie que disfruta cocinar y consumir productos específicos u orgánicos, tu presupuesto para comida será diferente al de alguien con gustos más sencillos, pero que disfruta de un buen café en una cafetería tres veces a la semana. ¿Ves a lo que me refiero? Todos tenemos necesidades básicas, pero lo que realmente importa es cómo asignamos nuestro dinero a lo que nos hace sentir que estamos viviendo nuestra mejor vida desde ahora.
Tu presupuesto debe reflejar tus prioridades.
En el mío, por ejemplo, no hay dinero asignado para ponerme uñas postizas o pintarme el cabello, porque no son una prioridad para mí. Sin embargo, sí tengo asignado un monto mensual para cosas que valoro, como cafés y mi fondo de viajes. Al final, se trata de destinar el dinero a lo que realmente nos importa y nos hace sentir bien, de manera intencional.
4. Ajusta y mejora sobre la marcha
No pretendas tener el presupuesto perfecto desde el primer día; tener un presupuesto funcional toma tiempo. La clave está en ser flexible y estar dispuesto a revisar regularmente cómo está funcionando, haciendo los ajustes necesarios conforme cambian tus circunstancias.
La vida no es estática, y tu presupuesto tampoco debería serlo. Es natural que surjan imprevistos o cambios en tus prioridades. Un mes puedes necesitar más dinero para un gasto inesperado, o tal vez un mes recibas un bono que te permita ahorrar un poco más. Lo más importante es que tu presupuesto esté diseñado para adaptarse a ti, para que puedas ajustarlo sin estrés y sin culpabilidad.
Además de la flexibilidad, una parte crucial de nuestras finanzas personales es la capacidad de mitigar posibles riesgos. Esto nos lleva a la cuarta lección, donde hablaremos de una de las herramientas más poderosas para protegerte de imprevistos: el famoso Fondo de Emergencias 😌.
Ahora que sabes que vivir nuestra mejor vida no depende de cuánto ganemos, sino de cómo elegimos gastar nuestro dinero, cuéntame en los comentarios: ¿En qué te encanta gastar tu dinero? ¿Cuál es esa categoría que no puede faltar en tu presupuesto y que te hace sentir que estás viviendo una #richlife?
Te leo en los comentarios, hasta la próxima! 🎉
Anel,