Hace unos días les platiqué en mis historias de Instagram que se terminó nuestro contrato de leasing y decidimos hacer un “buyout”, es decir, comprar el carro al final del contrato.
Sé por experiencia propia que arrendar o financiar un auto es un tema que genera muchas dudas, así que el post de hoy es una mezcla de teoría, práctica y confesiones financieras personales 🙈.
Como este es un blog de finanzas personales, quiero empezar por la teoría, la recomendación clásica, esa fórmula mágica que “todos deberíamos seguir”... pero que, spoiler alert, yo no seguí JAJAJA.
¿Por qué? Porque las finanzas personales son eso: personales. Y muchas veces se trata más de psicología y comportamiento humano que de matemáticas y números.
Habiéndome confesado, aquí va:
🚘 La recomendación clásica
Desde un enfoque puramente financiero, la fórmula ideal es clara:
“Compra un auto usado, confiable, en buen estado y mantenlo el mayor tiempo posible.”
Nada de carros nuevos cada 3 años, ni financiamientos eternos. Mientras más tiempo tengas tu carro (y menos pagues intereses), mejor para tu bolsillo.
Pero si estás considerando comprar un carro nuevo, existe una rule of thumb muy usada que te puede servir de guía:
La regla del 20/10/4
Esta regla busca evitar que el carro se convierta en una carga financiera. Te la explico:
20% de enganche
Intenta pagar al menos el 20% del valor del auto como pago inicial. Esto reduce el monto financiado, te protege contra la depreciación y habla bien de tu salud financiera.
10% de tu ingreso mensual neto
El gasto total del auto (mensualidad, seguro, mantenimiento, gasolina, etc.) no debe superar el 10% de tu ingreso mensual neto.
Ejemplo: si ganas $4,000 al mes, tus gastos por concepto de automovil no debería pasar de $400.
4 años máximo de financiamiento
Evita financiar el carro por más de 4 años.
Cuanto más largo el plazo, más intereses pagas y mayor el riesgo de seguir pagando un carro que ya no vale mucho.
Como ya lo mencioné, yo no seguí la famosa regla del 20/10/4 😬, peeero hay algo que sí me parece fundamental cuidar: que el pago del auto no represente más del 10% de nuestros ingresos mensuales.
Si ya me conoces, sabes que para mí es clave mantener los gastos fijos bajo control, porque son esos compromisos mensuales los que más impactan nuestra estabilidad financiera a largo plazo.
En nuestro caso, optamos por hacer un leasing por 3 años y al final compramos el carro. ¿Fue la decisión más eficiente financieramente? Tal vez no.
Pero fue la que nos hizo más sentido en ese momento, y aquí te comparto un poco de contexto.
Cuando estábamos buscando carro, teníamos un permiso de trabajo válido por 3 años.
Y por alguna razón (probablemente por políticas internas o por nuestro estatus migratorio) en la agencia solo nos ofrecieron dos opciones:
Financiar el carro por el mismo periodo que duraba nuestro permiso (3 años), lo cual significaba pagos mensuales bastante altos 😰.
O hacer un leasing por ese mismo plazo, con pagos más accesibles y sin compromiso de compra final.
En ese momento no teníamos certeza sobre lo que iba a pasar después de esos 3 años:
¿Tendríamos la residencia? ¿Seguiríamos en la misma ciudad? ¿Tendríamos mejores ingresos?
Había muchas variables fuera de nuestro control.
Así que, buscando flexibilidad, seguridad y tranquilidad, optamos por el leasing.
Queríamos algo que nos resolviera el presente sin comprometer demasiado el futuro.
Y funcionó. El carro nos sirvió perfecto durante esos tres años y no tuvimos ningún problema. Además nos explicaron que al finalizar los 3 años del leasing podíamos comprar el carro, pagando el valor restante, ya fuera en un solo pago ó financiándolo.
Ahora que el contrato de arrendamiento terminó, las cosas ya son diferentes:
Ya somos residentes permanentes.
Nuestra situación financiera es mucho más estable.
Conocemos el historial del carro, sabemos cómo lo hemos cuidado
Y sinceramente… no teníamos ganas de empezar desde cero con otro proceso en una agencia 😮💨.
Así que decidimos hacer el famoso “buyout”, es decir, comprar el carro al finalizar el leasing.
¿Pagamos un poco más que si lo hubiéramos comprado desde el inicio? Seguramente. ¿Valió la pena por la tranquilidad y flexibilidad que nos dio? Para nosotros, sí.
Ahora que ya pasamos por un leasing + buyout, puedo contarte con más claridad los contras de esta opción, ya que hay detalles que vale la pena tener en cuenta antes de tomar una decisión similar:
1. Al momento de hacer el buyout hay costos extras que debes desembolsar
Si decides comprar el auto después de un contrato de leasing, el dealer te cobra un “buyout fee”, que es una tarifa por ejercer tu opción de compra. Además, debes pagar impuestos sobre el valor residual del carro, y si necesitas financiar esa compra (como en muchos casos sucede), probablemente se sume un cargo adicional llamado PPSA (Personal Property Security Act), que es el costo por registrar legalmente ese nuevo préstamo.
Todo eso se paga en el momento del buyout, así que no es solo “liquidar” el carro… es un paquetito de gastos que hay que tener muy presente 😬.
2. Si decides no comprar el carro, pierdes todo lo que pagaste.
Durante los años que haces leasing, estás pagando por el uso del carro, no por ser su dueño. Esos pagos ayudan a cubrir la depreciación del vehículo, pero, en la mayoría de los casos no te generan ningún tipo de valor acumulado. Eso quiere decir que si al final decides devolverlo, todo lo que pagaste se va sin retorno. No hay reembolso, ni crédito, ni nada que puedas “rescatar” de esa inversión.
Y el punto que me parece EL PEOR 😖 …que sinceramente, si lo hubiéramos sabido antes, quizá nos habría hecho buscar más opciones:
3. La tasa de interés para un buyout es la de un auto seminuevo
Y eso significa que si necesitas financiar el buyout, la tasa de interés será la misma que para un auto usado, que suele ser más alta que la de un auto nuevo.
Lo más irónico es que muchas veces el mismo dealer te ofrece mejores tasas si compras un carro nuevo que si decides quedarte con el que ya tienes. Por ejemplo la tasa de interés para un auto nuevo es del 4.5% y la de un auto usado puede llegar a ser del 8.5% 😖 , eso puede hacer que el costo total del carro, al final, termine siendo mucho mayor de lo que esperabas.
Este tipo de decisiones, como muchas en finanzas personales, no siempre son blanco o negro. Hay matices, circunstancias, emociones y momentos de vida que influyen muchísimo a la hora de tomar una decisión financiera. Y cuando migras… esas variables se multiplican.
Y es que como migrantes, nuestra realidad no siempre encaja en lo "común" o en lo que se considera el camino ideal: no tenemos historial crediticio, nuestros planes pueden cambiar de un momento a otro, y muchas veces tomamos decisiones con la información (y herramientas) que tenemos en ese momento.
Por eso es tan importante recordar que las finanzas personales son justamente eso: personales. Lo que funciona en teoría, no siempre aplica igual para todos en la práctica, y lo que parece “menos eficiente” en papel, a veces es lo que te da paz, estabilidad y margen para construir una vida con sentido en un nuevo país.
¿Tú qué prefieres?
¿Leasing, compra directa, transporte público?
Cuéntamelo en comentarios o comparte este post con alguien que esté decidiendo.
Hasta la próxima! 🎉
Anel,
Hola Anel, estaba esperando este post! tu decision es exactamente la que estamos tomando ahora con mi esposo, despues de analizar el mercado de autos usados, nuevos financiados o leasing, nos quedamos con este ultimo por lo mismo de nuestra situacion migratorio del momento, ad portas de recibir un PGWP de 3 anos, recien entrando en el mundo laboral full time despues de estudiar, el leasing para mi es la mejor opcion, cuota mas baja que nos ayudara mientras nos estabilizamos. Me deja tranquila leer tu post! saludos!
Que pasa con los autos que ofrecen a meses sin intereses ??? Ya cuando eres residente y tienes credito , siento también es una buena opción para compra de auto? O será que al final aumentan el costo del carro para respaldar ese interés ???
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